Mi diálogo con Arnie Weissman, corresponsal de la revista Travel Weekly, una plataforma de noticias sobre la industria de viajes de todo el mundo, exploró la situación y esfuerzos que realiza este sector en Ecuador ante los desafíos de la emergencia sanitaria. Tengo una perspectiva muy optimista y confió en que, para el próximo año, la situación mejorará para el turismo del Ecuador. Nuestro país ha asumido con mucha responsabilidad la pandemia y las medidas preventivas. El mundo está cambiando y el turismo también debe hacerlo. La innovación es la clave en este momento. En su afán de reinventarse, la industria del turismo ahora debe proveer “máxima seguridad” para sus clientes. Mi experiencia como empresario me ha permitido identificar que el principal resultado que se espera del turismo es la felicidad. Los turistas siempre buscan experiencias que superen sus expectativas y, sobretodo, que estén llenas de momentos felices. Esta tarea no es sencilla, pero se puede lograr si tenemos pasión por la excelencia. La calidad depende, en gran medida, de la gente que trabaja en la industria del turismo. Cada profesional es un embajador de todo lo maravilloso que podemos ofrecer y, por este motivo, hay que aprovechar su capacidad como multiplicador virtuoso, no solo con los turistas extranjeros, sino con nuestros compatriotas. Una lección que nos ha dejado la pandemia es la importancia de aprovechar el turismo local: un mercado creciente y con muchas oportunidades. Si desarrollamos operaciones comprometidas, seremos capaces de generar prosperidad en toda la cadena de servicios a nivel local y cumplir con el objetivo posicionar al Ecuador como un destino único en el mundo. En un ambiente adverso, somos capaces de lograr cosas excepcionales. Creo que esa es una fortaleza que tenemos los ecuatorianos y debemos trasladarla al turismo. Hay una fuente de creatividad muy grande en el país, que debemos aprovechar en esta etapa de cambio y resiliencia. Les invito a leer el artículo completo: Travel Weekly