El alto número de vendedores ambulantes es uno de los problemas que aqueja a Quito. Según un censo de la Agencia de Comercio realizado en el 2017, en Quito operan 10.000 informales, de los cuales 3.000 no tienen permisos y el 50% de los 7.000 restantes no lo ha renovado. Es decir, cerca de 6.500 personas trabajarían en la calle sin autorización. La situación de las urbes en todo el mundo es compleja. Muchas personas se desplazan de sus territorios de origen a las ciudades, en busca de mejores oportunidades. Sin embargo, las condiciones económicas no siempre son favorables. El caso de Quito es paradigmático: El comercio informal es producto de la grave situación económica. En Ecuador, existe un desplazamiento de la población campesina (30% de los habitantes ecuatorianos) hacia la ciudad, en donde acceden a la venta ambulante como única forma de trabajo. Por esa razón, se deben buscar soluciones integrales que generen espacios, fuentes de empleo y permitan tener un mejor control. Las ciudades, con el paso del tiempo, necesitarán de más espacios libres, para garantizar la libre movilidad y el desarrollo urbano. Para el año 2050 se calcula que el 90% de la población mundial estará en las urbes. Actualmente, el 60% habita en las ciudades y la abundancia de comercio irregular no solo afecta a la movilidad, también dificulta el desarrollo urbano. Cuando fui alcalde de Quito, logramos importantes acuerdos con las dirigencias, para formalizar a todos los vendedores. En este proceso, tuvimos 306 reuniones y se logró la construcción de 9 de los 11 Centros Comerciales Populares que existen en la capital, logrando retirar a 6.000 vendedores informales del Centro Histórico. Si ahora no se actúa pronto, podría perderse todo ese esfuerzo. Mi propuesta para lograr una solución favorable para todos es construir mercados barriales, cercanos a donde vive la gente y que se puedan distribuir los productos de manera ordenada. Con la generación de estas oportunidades, el control de la presencia de ventas en la calle debe ser drástico si se mantiene la situación. Hoy en día, en varias zonas de la ciudad como Carcelén, Carapungo, Cotocollao, la avenida Amazonas, el bulevar de la avenida Naciones Unidas, La Marín, la Villa Flora, la avenida Mariscal Sucre y el Centro Histórico se concentra la mayor parte del comercio no regularizado. Según datos del Municipio, se ha identificado 38 puntos críticos. En esos lugares deberíamos enfocar nuestros esfuerzos para desarrollar espacios que permitan un comercio respetuoso, ordenado y con mejores resultados.