La pandemia del coronavirus en Ecuador ha dejado graves secuelas para el sector turístico, uno de los principales dinamizadores de la economía nacional. Desde el 15 de marzo, todas las operaciones se encuentran detenidas. Las autoridades calculan que, entre marzo y abril, el país ha sufrido pérdidas por más de 600 millones de dólares, debido a la paralización de esta actividad. En Galápagos, esta situación es todavía más dramática, pues las islas dependen en gran medida del turismo. Hoy en día, los esfuerzos de todos están focalizados en reactivar gradualmente la economía y trabajar para recuperar el país. En ese contexto, surgió en la Asamblea la iniciativa de incluir en la Ley de Apoyo Humanitario una disposición que abre la posibilidad de activar los aeropuertos de las islas Galápagos para vuelos internacionales directos, una decisión que podría representar importantes riesgos. El pasado domingo, 17 de mayo, participé en Teleamazonas en el panel denominado “Salud y producción”, en donde tuve oportunidad de exponer algunos de los motivos que no permitirían que esta decisión sea viable. Mi principal preocupación, así como la de muchos colegas empresarios, ecologistas y fundaciones ambientales, son las afectaciones que puede sufrir la población y este patrimonio natural.