Hace pocos días participé en un foro sobre las próximas elecciones seccionales en el programa Hora 25, conducido por el periodista Andrés Carrión. Tuve la oportunidad de dialogar con Luis Verdesoto (consejero del CNE), Jessica Jaramillo (analista política) y Manuela Celi (académica) y exponer mis ideas acerca de lo que deberíamos exigir, desde la ciudadanía, a nuestros representantes. Expuse mi criterio sobre la hiperdemocracia que existe en el país, que se ha convertido en un problema en procesos electorales como el que estamos viviendo. El próximo 24 de marzo los ecuatorianos iremos a las urnas para elegir a 5.675 representantes que desempeñaran cargos públicos. La cifra de candidatos es alarmante: 80.281. Según los datos del Consejo Nacional Electoral el número de aspirantes es el más alto en 40 años de democracia. “Es imposible que el propio ciudadano puede escoger. ¿Cómo sabe? ¿Cómo conoce entre miles de listas de decenas de personas cuál es el mejor? Es impensable enterarse de las características y cualidades de cada uno de los candidatos. Hay una necesidad de corregir esta estructura. En distintos ámbitos se hace una selección rigurosa para escoger a una persona, se busca la meritocracia, el conocimiento, las capacidades. ¿Por qué eso no se exige a los que nos van a gobernar?” Mi preocupación, y la de muchos ecuatorianos, es que las decisiones más graves y más importantes son las que toman los representantes que elegimos. En muchas ocasiones, no hay un relacionamiento con ellos. No conocemos si están capacitados o si conocen las funciones que desempeñarán en el cargo. Por esta razón, considero que lo más prudente es que seleccionemos a los que tienen mérito. “Tienen que gobernarnos los mejores. Solo de esta forma podremos ir construyendo el país que queremos”.