La transición ecológica es un proceso gradual, y propongo ir de las ideas a las acciones concretas. Una primera medida de que debemos tomar tiene que ver con el transporte en el país. El 48% de emisiones de CO2 en el Ecuador provienen de la quema de combustibles fósiles utilizados en el transporte. Por lo tanto, el primer esfuerzo debería ser reducir estas emisiones a través de la electrificación en el transporte público y privado. Transformar la movilidad es un paso de impacto integral, que conlleva promover la instalación de electrolineras de carga rápida a lo ancho y largo del país, mediante un concurso público y una alianza público-privada. Luego habrá que implementar un financiamiento que provenga primordialmente del Fondo Verde del Cambio Climático, para reemplazar los buses y taxis con motores a explosión por vehículos eléctricos. Una segunda etapa sería desestimular mediante impuestos al carbono, la importación de vehículos con motor a explosión, y favorecer los eléctricos. También se debería llegar a un acuerdo con las ensambladoras para que en un plazo razonable solo ensamblen vehículos eléctricos. Debo resaltar que los avances tecnológicos en el diseño de baterías permitirán en el futuro inmediato tener vehículos con una autonomía por carga entre 250 y 500 Km de recorrido. Y hay que resaltar que el costo del combustible eléctrico a las tarifas actuales representa alrededor de un tercio del combustible fósil por kilómetro recorrido. Por lo tanto los beneficios no solo serían de reducir sustancialmente la contaminación atmosférica, y el ruido, sino que permitirían eliminar completamente el subsidio a los combustibles para el transporte, que merma de manera importante el tesoro público. ATM Roque Sevilla Foto: Cargadores provisionales para dar abastecimiento a buses eléctricos funcionan en la Metrovía de Guayaquil. Fuente: Archivo Autoridad Municipal de Tránsito y Movilidad. Tanto los motores eléctricos como a combustible fósil, usan la energía produciendo dos efectos: calor, y movimiento. Pero, la proporción es inversa, mientras los motores a explosión gastan el 80% del combustible en calor, y tan solo el 20% de movimiento, con los vehículos eléctricos ocurre lo contrario, con un gasto de 20% en calor para un 80% de movilidad. Por eso los vehículos eléctricos son mucho más eficientes, que los convencionales. carro Roque Sevilla Imagen: Los vehículos eléctricos son mucho más eficientes que los convencionales. Fuente: Freepik. En nuestro país que está en la zona ecuatorial donde gozamos todo el año de 12 horas de luz solar, podríamos establecer que todo vehículo instale un panel solar en su techo, con lo cual mientras circula o está parqueado en exteriores durante el día recargaría su batería con la luz solar, lo que le volvería aún más eficiente. Con justa razón se preguntarán, bueno, si todos los vehículos del Ecuador son eléctricos, ¿de dónde va a provenir la electricidad? La respuesta es que actualmente solo utilizamos un tercio de la energía hidroeléctrica potencial del país, no utilizamos absolutamente nada de la energía geotérmica que disponemos y finalmente, no aprovechamos hasta ahora la mayor fuente de energía del país que es el sol. Por lo tanto, para hacer esta transformación tendremos que invitar a los inversionistas a que se construyan plantas hidroeléctricas, geotérmicas y solares a lo largo y ancho del país, lo que cubrirá de largo la demanda del transporte electrificado.